CAPITULO XV
Las faltas de ortografía no desmerecían el diario de Celeste, pero su letra la tornaba incomprensible en algunas partes. Escribía con mucha velocidad, no era en absoluto paciente y agregaba notas en los márgenes que no guardaban coherencia con la redacción principal. El desorden impregnaba de vida esos ocho cuadernos, perfumados especialmente para mi lectura.
Por la suma de pensamientos, sueños y vivencias contenidos en esas páginas, me era difícil abandonar ese diario cuando llegaba la hora del sueño. Supe cuan retorcida era su mente, lo que me asombraba, dado que no parecía tomarse las cosas demasiado en serio. Disimulaba su locura con palabras tiernas y sonrisas inocentes.
¿Qué consecuencias traería nuestra unión? Absorbíamos toda la maldad presente en los lugares que transitábamos, los insultos y las agresiones percibidas eran recibidos como propios, pero no nos gustaba hablar de todo eso. Nuestra sensibilidad no debía formar parte de nuestras vidas. Como aquellos pensamientos del pasado que no se pueden suprimir de la memoria, en algún momento se manifestarían, revelándose de la peor forma imaginable. Mientras tanto, dejábamos que las cosas pasaran, sin darles una mínima importancia.
Desde la última vez que vi a Danielle me había pasado algo que sería interesante contarle. No muy a menudo se daba. Sin embargo, al no haber formado la costumbre de transmitir mi vida ni mis impresiones, cuando tuve la oportunidad de verla nuevamente tan solo le insistí con la realización de un corto, el cual pretendía protagonizar evitando ser filmado.
- El guión lo podés hacer vos – le dije a Danielle.
- ¿Y sobre qué?
- No sé, sobre algo insustancial. Te digo que lo hagas vos porque a mi seguro que no me va a salir.
- De repente te interesa la cinematografía.
- Sí, sigo un impulso. Me viene del más allá.
- Espero que no sea grave.
- No lo es. Soy inofensivo, ya lo sabés.
- No te creo. Pienso que vas a matar a alguien.
- Con un corto no creo.
- Tal vez, sí.
- Me tenés poca fe.
- No, es que tengo la sensación de que vas a hacer algo malo. Sos como esos tipos calladitos que parece que nada los molesta, hasta que un día explotan y matan a toda su familia con un martillo.
- Vos estás más cerca de ese desenlace.
- ¿Por qué?
- Bueno, sos un poco nerd, o te estás convirtiendo en una. Además sos blanquita. Ambas cosas marcan tu destino. Te gustaría ser malvada, juntarte con los chicos malos, pero no podés. Porque sos blanca y nerd. Entonces guardas rencor contra la sociedad que no te acepta, la sociedad de los no-nerd. Así, un buen día, te desquiciarás por completo y acabarás con la vida de muchos inocentes.
- Niños.
- ¿Por qué no?
- Es una idea trillada.
- No es una idea, son cosas que pasan. El corto podría tratar sobre eso.
- ¿Sobre matar niños?
- Sí. Sobre una chica que se vuelve loca y mata a un montón de nenes.
- Pero el protagonista ibas a ser vos.
- Ah, tenés razón. Entonces sobre un chico que se vuelve loco y mata a un montón de nenes.
- Acordate de que la idea de que fueran nenes es mía. Poneme en los créditos como co-autora.
- Hecho – nos dimos la mano.
El aire estaba muy pesado. Llovería en cualquier momento. La plaza fue vaciándose sin que nos diéramos cuenta.
- ¿Tuviste algún diario íntimo?
- Tuve, sí, tuve algunos. Los empezaba pero después los dejaba. ¿Por?
- Es que estos días estuve leyendo uno.
- ¿De quién?
- De mi novia.
- ¿Tenés novia?
- Sí.
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Genial, está muy interesante esto, ¡que siga, que siga! Un saludo.
ResponderEliminar¿Qué onda? Que no decaiga, ¿eh? que va todo muy bien... El diario de esa debochca ciertamente me recuerda mucho al mío.
ResponderEliminarY, ¿Las conversaciones tienen que ser tan cortadas o soy yo que lo interpreto para la cala? Suenan un tanto hostiles, ¿es realmente así?