Un Poema Casi Inventado

martes, 23 de noviembre de 2010

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No me acuerdo si el último verso era así, pasa que lo copié mal, pero no importa, puede ser otra opción.

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¿Qué quieres que te pregunten cuando lees?
Yo no tengo la verdad, no me preocupo por ella.

El mejor momento no es bueno.
Pero supera a los anteriores.

Éxtasis, en el presente, éxtasis,
Es eterno su final y muere.
El día y la noche lo atestiguan, dan otro impulso para que no termine.
Ahora es imperiosa la caída, la altura es mayor y más agradable el descenso.
Antes no pudo haber sido mejor, no habíamos subido lo suficiente.

Las paredes del encierro no hacen nada para evitar los golpes.
Los animales defienden su territorio luchando con todas sus fuerzas.
Y yo guardo mis secretos.

Mi conciencia acepta al bien como al mal, y logra distinguirlos.

Las supersticiones se interponen, no puedo hacer el bien cuando no puedo hacer el mal.
Necesito espacio.
Reparo los errores de la naturaleza y aprendo de ellos,
Y cuando trato de mejorar, el tiempo se acaba y muero, y la naturaleza muere y me muestra su debilidad.

Con mis manos toco mi cuerpo y no envidio a la humanidad,
Lo peor no queda en mí sino en los hombres, luego seré peor como ellos.

Hoy no siento dolor, escribo.
Ella jamás espera que regrese porque nunca me voy, sigo a su lado.
La cama la despeina, la dejo dormir el tiempo que no me quiere.
¿Al despertar leerá los poemas que escribo?

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